sábado, 16 de abril de 2011

¡Únete a la resiliencia!

En toda trayectoria vital hay momentos duros, más o menos inesperados e inevitables, que hacen que nuestra existencia se tambalee: enfermedad y muerte, rupturas traumáticas, desempleo prolongado… tarde o temprano a todos nos llega ese momento que nos pone a prueba.

Una vida orientada al optimismo encuentra siempre la manera de sobrellevar la desgracia, de superarla incluso saliendo fortalecido de la misma.  Hace ya años que descubrí que siempre, en cualquier circunstancia adversa, hay una luz, una chispa en ocasiones,  que facilita la superación de cualquier trance, por difícil que este parezca y hace relativamente poco supe que había un término que definía esa capacidad de encontrar la luz donde sólo parece haber oscuridad: resiliencia.

Luis Rojas Marcos trata en su último libro este tema y define, en sus primeras páginas, este impronunciable término.  Resulta extraño constatar que tu manera habitual de ser, de vivir y de sobrevivir incluso (una actitud resiliente puede resultar de “vida o muerte” en un momento crítico) se resuma en una sola palabra.

Siempre supe que no estaba sola en esto y por ello animo a todos aquellos aún escépticos, indecisos y cautelosos a unirse a la resiliencia, a prender la chispa y a procurar que alumbre esa oscuridad que nunca es completa, ni absoluta ni definitiva.

Recordad aquello de “No hay mal que dure cien años”, a lo que mi madre siempre añade cual mantra fortalecedor “… ni cuerpo que lo resista”.

martes, 11 de enero de 2011

Placeres invernales

De todas las estaciones del año es el invierno la que menos me gusta, por múltiples motivos que no mencionaré por razones obvias, y he de decir que situaciones adversas como ésta son las que más interesante hacen la vida del optimista. 

Mi lista de placeres invernales que no pueden darse en ningún otro momento del año:

  • Arrebujarte por la noche debajo del edredón… resistirte a abandonarlo por las mañanas, el único momento del día en que tu temperatura corporal es ideal
  • El olor a chimenea en el pueblo
  • Las mandarinas: en el desayuno, de postre, entre horas…
  • La visión del primer almendro en flor, en cuestión de días mis paseos vespertinos tendrán olor a turrón ¡mmmm!
  • Los días empiezan a alargarse, sin prisa pero sin pausa
  • Las golondrinas vuelven a ocupar su nido en mi patio ¡bienvenidas vosotras y la primavera!

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